Alessandro Michele y su "lo quiero todo ya"...
De la sexualidad de Tom Ford y el drama chic de Frida Giannini solo quedan recuerdos. Y tal como lo dijo Alexander Fury en Vogue Runway, la marca italiana pasó de pensar sus colecciones con la ingle a pensarlas con la cabeza. Cerebral podrían decir algunos...
¿Pero qué tiene de cerebral "reinterpretar" una época a la que pocos quisieran volver? Los 70 se convirtieron en la zona segura del nuevo creativo, quien desde su mandato solo puede pensar en colecciones con estampados florales, pantalones de bota ancha y lentes tamaño XL. No creo que eso sea una colección cerebral, ¿o sí?
El problema del nuevo Gucci no es la década a la que cada temporada nos lleva ni los brocados ni el look setentero de sus modelos. El gran problema es que lo quieren tener todo en una misma colección. ¿Para qué saturarnos? En el invierno 2016 vimos desfilar a Snoopy, a los preppy y a los vaqueros, todo sumado al pitón, al denim y el tartán. ¡NO MÁS!
Si esta nueva filosofía es simplemente diferente, por qué volver siempre a lugares comunes y a lo que creen que fue una marca en sus años dorados... Nos encantan los accesorios que creaba Michele con Giannini, nos desencanta el Michele creando colecciones completas que solo un mortal podría usar tímidamente por piezas, jamás como look completo.
Si este es el Gucci que hay para rato, desde ya quiero renunciar al verano 2017 y a una nueva ola de sastres floreados y chaquetas bordadas.
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