Un libro, la banda más popular del momento y hasta la cotidianidad de una ciudad se reflejan muchas veces en una pasarela o en una vitrina. Pero cuando hablamos de moda masculina siempre encontramos un recurrente modelo de inspiración: las historias detrás de la gran pantalla, o hablando más específicamente, los iconos que encarnan esas historias.
¿Cómo nace un ídolo? ¿Cómo un personaje se mete en la cotidianidad de nuestra vidas? Algunos lo logran con escenas y diálogos fascinantes, mientras que para otros, es una sumatoria de elementos, en los que el look es esencial.
Cómo olvidar a Cary Grant en la misma década conduciendo por las calles de la Costa Azul junto a Grace Kelly en “Atrapa a un ladrón”. Los pañuelos alrededor del cuello, las camisetas de rayas y en general el estilo navy ideal para el sur de Francia, nos hacen recordar a este ícono cada temporada, cuando la tendencia para los hombres dicta inspiración marinera.

En los 60, Steve McQueen fue el hombre que le dio un nuevo sentido al estilo deportivo americano. En “Bullitt”, los jeans de corte recto y suéters de cuello tortuga, siempre en tonos neutros, nos recordaron que el héroe de las películas de acción siempre tiene tiempo para verse bien.

Paul Newman (1960), el ícono que redefinió el clásico sastre masculino, inspiró la serie dramática más popular del momento: Mad Men, o el Sex and the City masculino, como lo han llamado en la revista Rolling Stone.